Línea argumental de la obra
Papá Goriot, perteneciente a la obra monumental La comedia humana de Honorato de Balzac, presenta como tema
.Central la ingratitud de los hijos hacia los padres; la narración se inicia en una pensión familiar conocida como la casa de Vauquer donde se hospedan ocho inquilinos entre ellos destaca un viejo de aproximadamente 60 años, que llama la atención de los demás por su comportamiento extraño, viste con elegancia y posee objetos de valor y una renta anual de 8 a 10 millones; pero sin embargo lleva una vida austera.
Hay interés de la dueña en Goriot por su renta y también por otras damas; pero lo califican de estúpido y ridículo. Se traslada a otra habitación más austera, hay conjeturas de su ocupación, dicen que es un agiotista, jugador, espía y hasta un don Juan, porque recibe la visita secreta de mujeres jóvenes y hermosas. Los comensales ya le llaman Papá Goriot.
Él manifiesta ante los huéspedes que las misteriosas mujeres que las visitan son sus hijas, no le creen debido a que él es pobre y de un físico enfermizo para tener unas hijas encopetadas. Ya tiene 62 años y su semblante triste se deteriora gradualmente.
Aparece en escena Eugenio Rastignac, joven provinciano, que sediento de triunfo y gloria hace lo imposible por ingresar a la sociedad de élite de París. Su pobreza hace que se aloje en la casa de Vauquer en la habitación más barata. Se contacta con su tía Marcillac quien le relaciona con la vizcondesa Beauseant y ésta con la condesa Restaud, en un baile de lujo.
Surge el personaje Vautrin, quien se va enterando de la vida y milagros de los comensales, advierte que Papá Goriot, en su habitación, dobla platos y objetos de plata y los lleva a lugares desconocidos. También observa que la condesa de Restaud para en casas de prestamistas.
Eugenio Rastignac se va vinculando con la élite francesa gracias a la protección de la vizcondesa de Beauseant, quien le pondrá al corriente de la realidad de Papá Goriot y sus hijas: la condesa de Restaud (Anastasia) y la baronesa de Nucingen (Delfina). Se narra la historia de Juan Joaquin Goriot, obrero y fabricante de fideos; ahora negado, rechazado y humillado por sus hijas y yernos. Rastignac, se decide hacer respetar a papá Goriot.
Vautrin hace una proposición para ganar dinero a Rastignac, pero éste lo rechaza por considerarlo indigno, a lo que Vautrin le dice que si quiere triunfar debe ser de un talento brillante o ser muy hábil en la corrupción. Eugenio le dice que con trabajo honesto todo lo logrará, Vautrín se
ríe.
Por un dato de Papá Goriot Rastignac asiste a un baile organizado por el mariscal de Castiglioni donde conocerá a Delfina, se entablará una amistad, pero que se enturbiará por la mención hecha a Papá Goriot, Delfina es la única que se sincera de su situación. Nace una amistad y la baronesa de Nucingen le da 200 francos para que los apueste y Rastignac gana 7000 francos y se los da; a partir de ello Eugenio llevará una vida frívola. Goriot se pone feliz al saber que Eugenio frecuenta a Delfina. Se cuenta el complot para capturar a Vautrin, presidiario fugado de Toulon cuyo nombre verdadero es Jacques Collin. Causa indignación la actuación de la señorita Michenneau y Poiret.
Papá Goriot se pone mal de salud, pero no les interesa a sus hijas; ellas también manifiestan que tienen sus propios problemas, primero están sus compromisos sociales. Esta actitud le indigna a Eugenio Rastignac. Papá Goriot se agrava por su impotencia de no poder ayudar a sus hijas. El estudiante de medicina Bianchon le pronostica que su fin está próximo.
Goriot desea ver a sus hijas y pedirlas perdón por no poder ayudarlas, pero estas no vienen, Rastignac va en busca de ellas,
le niegan. Ya en sus agonías, se aparece Anastasia y le pide perdón y dice que su padre ha muerto y se va.
Hay completa indiferencia en la posada, nadie quiere colaborar para el
entierro de papá Goriot, Rastignac vende su reloj; acude a sus hijas y yernos, le cierran las puertas. El entierro se realiza pobremente y Eugenio Rastignac, tras colocar un medallon con los retratos de sus hijas en su humilde ataud y derrama una lagrimaen la tumba de Papá Goriot, desafia a París y dice:"Ahora nos veremos tú y yo".
Fuente: UNSAAC
Fuente: UNSAAC