POEMA: "TEMBLOR (KATATAY)"
Dicen que tiembla la
sombra de mi pueblo;
está temblando porque
ha tocado la triste sombra del corazón
de las mujeres.
¡No tiembles, dolor,
dolor¡
¡La sombra de los
cóndores se acerca!
—¿A qué viene la
sombra?
¿Viene en nombre de
las montañas sagradas
o a nombre de la
sangre de Jesús?
—No tiembles; no
estés temblando;
no es sangre; no son
montañas;
es el resplandor del
Sol que llega a la pluma de los
Cóndores
—Tengo miedo, padre
mío.
El Sol quema; quema
al ganado; quema las sementeras.
Dicen que en los
cerros lejanos
que en los bosques
sin fin,
una hambrienta
serpiente,
serpiente diosa, hijo
del Sol, dorada,
está buscando
hombres.
—No es el Sol, es el
corazón del Sol,
su resplandor,
su poderoso su alegre
resplandor,
que viene en la
sombra de los ojos de los cóndores.
No es el Sol, es una
luz.
¡Levántate, ponte de
pie; recibe ese ojo sin límites!
Tiembla con su luz;
sacúdete como los
árboles de la gran selva,
empieza a gritar.
Formen una sola
sombra, hombres, hombres de mi pueblo;
todos juntos
tiemblen con la luz
que llega.
Beban la sangre áurea
de la serpiente dios.
La sangre ardiente
llega al ojo de los cóndores,
carga los cielos, los
hace danzar,
desatarse y parir,
crear.
Crea tú, padre mío,
vida;
hombre, semejante
mío, querido
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